A la hora de traer un nuevo cachorro a casa debemos tener en cuenta un aspecto muy importante: Su alimentación, así como enseñarle a seguir ciertas pautas y adquirir buenos hábitos de cara a su desarrollo.
-Se debe escoger un alimento adecuado a su edad y tamaño. Según la raza y tamaño del cachorro su ritmo de crecimiento varía y, por tanto, sus necesidades nutricionales también.
-Siempre dejar agua limpia y fresca disponible, la cual deberá cambiarse a menudo, ya que el cachorro suele jugar y ensuciarla.
-Repartir la ración de comida en 3 tomas diarias, por lo menos hasta los 6 meses. Posteriormente puede reducirse a 2 tomas, controlando que la cantidad sea suficiente.
-Colocar el pienso a unas horas concretas y en un lugar fijo. Se dejará la comida durante un tiempo determinado y si no lo termina se le retira. De esta forma crearemos el hábito en nuestro cachorro.
-Si lo hemos adoptado, nos informaremos de la alimentación que seguía hasta ese momento, y la mantendremos los días posteriores a su llegada a casa para evitar problemas digestivos. El cambio de hábitat supone ciertos factores estresantes que podrían ocasionar dichos problemas digestivos, los cuales podrían agravarse si cambiamos su alimentación repentinamente.
-A la hora de cambiar de pienso, lo haremos paulatinamente, mezclando el pienso antiguo con el nuevo y observando su tolerancia: Comenzaremos con un 75% de pienso antiguo mezclado con un 25% del nuevo, posteriormente iremos variando la mezcla con 50-50%, 25-75% y finalmente servir únicamente el nuevo.
-No darle nunca las sobras de la comida de casa ya que esto desequilibraría su alimentación, las necesidades nutricionales de nuestro cachorro no serían cubiertas e incluso podría provocarle obesidad.
Unos buenos hábitos alimenticios beneficiarán el desarrollo del cachorro, así como su relación con los miembros de la familia.
Si tienes cualquier duda sobre qué pienso se adapta mejor a tu cachorro consulta a tu veterinario.